jueves, 15 de mayo de 2014

Señor, regrese el premio por favor


No me acuerdo si en alguna ocasión anterior he tocado el tema de la humildad en mi blog, pero la verdad es que me gusta hablar del tema porque es realmente útil en la vida de las personas, ser humilde se confunde comúnmente con la pobreza, pero eso está lejos de ser el verdadero significado, la humildad o mansedumbre son lo contrario al orgullo y a la soberbia, la humildad es valorar lo que somos como personas y que valoramos a las demás personas también, en la vida como parte de una sociedad nos toca interactuar con mucha gente, cada individuo realizando la actividad que le gusta y quiere hacer, más estrechamente en un equipo de trabajo hay diferentes tipos de personalidades y de diferentes responsabilidades dentro del equipo de trabajo, unos más flojos que otros, unos más profesionales que otros, pero todos ellos deben escoger como pueden vivir sanamente en el grupo y todos pueden y deben ser integrados al grupo sin olvidar que estamos tratando con personas y que ningún ser humano es más que otro.

Tengo dos historias chistosas referente al tema, llega un amigo a visitar a otro en la ciudad de Buenos Aires y uno de ellos pregunta ¿Cómo estás Diego? para lo que Diego responde fíjate que estaba preocupado porque era yo muy soberbio pero fui a unas terapias y ya se me quitó, ahora "soy perfecto"...

La otra historia se las contaré al terminar este escrito, en lo que quiero hacer énfasis es en que no podemos permitir que la falta de humildad nos haga ciegos ante lo que tenemos y debemos mejorar, si caminamos en la vida creyéndonos los campeones mundiales descuidamos la importancia de analizar nuestras fortalezas y debilidades, la humildad y el reconocimiento de nuestra realidad nos hace tener desafíos y mejorar nuestra creatividad e ingenio para que nuestras debilidades se noten lo menos posible, pero si hacemos todo lo contrario y nos vanagloriamos de nuestros logros, perdemos el enfoque, lo que debemos hacer es buscar convertir nuestras debilidades para que éstas sean ventajas.

Un buen líder debe tener la suficiente humildad para compartir sus conocimientos a otros y reconocer la valiosa participación de su equipo de trabajo en los proyectos emprendidos, un líder que es vanidoso, orgulloso y soberbio, pronto llevará a la ruina al equipo y a los objetivos trazados y si se descuidan, también arruinará cualquier organización, la soberbia es una muy mala consejera, nos hace ser impertinentes y estimula la egolatría la cual pronto nos hará perdernos de la realidad y perder el sentido crítico.

Dios en su sabiduría nos ayuda por medio de su Espíritu Santo a que tengamos humildad para ayudarnos a ser buenas personas y que con nuestro buen trato a otras personas demos testimonio de su amor y misericordia, también nos muestra la naturaleza y el universo para recordarnos que realmente somos muy pequeños en este mundo.

El alcalde de cierto pueblo estaba buscando premiar a la persona con mayor humildad del pueblo, se realizó una convocatoria para que la gente propusiera a los candidatos, al final lo encontraron, realizaron una ceremonia para entregarle el premio que tenía grabado el siguiente texto "Por ser la persona más humilde del pueblo", una vez en sus manos, el hombre se tomó una "selfie", la publicó en su muro y empezó a festejar, una vez que los organizadores del evento observaron esto, le dijeron Señor, regrese el premio por favor.

La humildad es un valor que cuando dices que lo tienes, en realidad lo has perdido.